Sé que el título de esta entrada es el de una película de Sofia Coppola, pero he de deciros que lo que voy a contar no tiene nada que ver con el argumento de la película, que para empezar se desarrolla en Tokyo. Lo que sucede es que el título sí que se corresponde un poco con una cosa que me ha pasado hoy.
Hoy he tenido curso en la clínica. Trataba sobre demencia, y como lidiar con los problemas y las necesidades que les pueden surgir a las personas que sufren demencia. Ha sido bastante interesante, la verdad, y el ambiente ha sido bastante bueno, ya que además el profesor, Joe, es bastante bueno y se le va el panchito de vez en cuando, lo que hace que el curso se haga más ameno.
El curso, pese a que en principio terminaba a las 5 de la tarde, ha terminado a las tres. Aprovechando que tenía casi toda la tarde libre, me he acercado al centro, y me he dado una vuelta. Vamos, básicamente me he acercado a HMV a recoger una copia gratuita de la revista musical The Fly, que me gusta bastante.
A la vuelta, me he acercado a Moorfields a coger el tren, con destino Southport. Me he montado en el tren, como de costumbre, y me he puesto los cascos. Estaba aislado del mundo exterior, cuando he visto que la gente ha comenzado a bajarse en masa en la estación de Sandhills. Viendo esto, he decidido bajarme yo también, y es que el tren había sido cancelado porque ha habido un incidente en Seaforth.
El problema es que han cancelado todos los trenes con destino Southport, y yo no tengo otra forma de ir a mi barrio en tren. Menos mal que me conozco la ciudad, y he decidido acercarme a Stanley Road, a 10 minutos andando de la estación de Sandhills (que está bastante perdida, la verdad), y allí he podido coger el bus a mi barrio.
El bus que he cogido es el X2, que va a Preston, pero casualmente pasa por Crosby Road y por tanto me deja cerca de casa. Normalmente me cojo el 53, pero por allí sólo pasa cada media hora, así que no me compensaba esperar.
No sé si después de esto que os acabo de contar entendéis un poco más el porqué del título. Y es que hoy he estado, por decirlo de alguna manera, lost in translation.
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